Los cítricos tienen una gran tradición en España, aunque no fueran originarios de este país. En el siglo XI con la llegada de los árabes se trajo el naranjo amargo y el limonero. Después , a finales del siglo XII, se han encontrado referencias escritas del cultivo en Sevilla. Aunque la procedencia de naranjas y mandarinas proviene de Asia. Curiosamente de ahí viene el nombre de ‘naranjas de la china’.
Como ya hemos dicho los primeros cítricos en España eran de un sabor amargo, pero en el siglo XV los portugueses nos regalaron el deleite de unas naranjas mucho más dulces y sabrosas ( la citrus sinensis (naranja) y citrus reticulata (naranja mandarina)).
Una vez ya asentado este fruto en España, en el año 1565, se trasladó a América, donde se crearon campos de naranjos en la ciudad de San Agustín, en Florida y en California.
Pero, centrémonos en la Comunidad Valenciana. La localidad valenciana, cuna de la naranja por excelencia, fue un punto de arranque del cultivo en el año 1517. En esta época, además, se dio un cambio de infraestructuras que unía Alcira con Játiva para facilitar el comercio.
Por esto y algunas razones más, las naranjas han sido durante más de dos siglos el primer recurso económico de la Comunidad Valenciana. Ya que gracias a las exportaciones se expandió el cultivo de cítricos tradicionales de esta tierra, por ser un lugar propicio para este fruto. Esto ayudó en la economía de los agricultores de la zona. Además de significar un cambio en el paisaje, porque gran parte de las tierras de la comunidad se destinaron al cultivo de cítricos .
Pero este alimento no sólo ha formado parte de la cultura valenciana por su origen gastronómico, también ha estado presente en las artes, Un ejemplo lo encontramos en los poemas de Virgilio, en el siglo VII, en los bodegones de pintura, etc. Por ello se denomina a la naranja la fruta dorada.
Pero esta larga tradición, conservada por agricultores y de carácter familiar hoy en día se está viendo perjudicada, como ya hemos mencionado anteriormente. Por las dificultades que está sufriendo este sector a las nuevas tecnologías e innovaciones que debería sufrir el gremio y a las que tanto les cuesta adaptarse. Por ello vemos una gran exportación de este sector hacia países emergentes en él. Pero esto se comentará más adelante.
Aunque no todas las empresas cítricas se encuentran en esta situación. Hay algunos agricultores que han sabido desarrollarse en las nuevas generaciones tecnológicas como es la empresa Perales y Ferrer SL, en la provincia de Alicante. Estos empresarios han sabido industrializar sus métodos de trabajo, sin dejar de lado la tradición artesanal que este fruto necesita. Desde la plantación del árbol, pasando por la recolecta y recolección del fruto, hasta el envasado. Perales y Ferrer SL se desarrollan en todos estos aspectos para facilitar y seguir proporcionando el cultivo de cítricos ecológicos, a manos de una empresa familiar y nacional. Haciendo de su método de trabajo un intangible empresarial perfecto para diferenciarse del resto de empresas del sector.
Esto les aporta un valor extra que el consumidor valora a la hora de comprar los productos, y más, cuándo son productos alimenticios.
Lucía Cánovas González